Trey Pennington para muchos no es un nombre que signifique mucho aquí en México. Para mi, sinceramente, es un nombre más entre la gama de grandes del Marketing y Social Media; no tuve la suerte de conocerlo o hablar con él pero tengo entendido que era una gran persona. Hoy Guillermo Perezbolde me dio la noticia de que había muerto. Trey se suicidó frente a su iglesia. Este fue su segundo intento de suicidio debido a un horrible divorcio por el que pasaba con su esposa después de 28 años.

Hoy escribo por unas frases que puso Trey en las redes y que me resuena mucho y me impulsa a reflexionar mucho:

En Facebook escribió: “one of the worst things about Social Media is we can be surrounded by so many and still feel completely alone.”

Su último tweet fue este: “Sure am thankful for online friends who are real friends offline, too. Love you.”

Sus frases realmente me llegaron. Para aquellos que llevamos varios años dedicando nuestra vida y nuestra energía al social media, aquellos que tenemos alguna cantidad grande de followers, amigos y conocidos gracias a los eventos, a los tweets, a los clubs y todo lo demás, para todos nosotros este evento debe ser tomado muy en serio.

Trey tenía más de cien mil seguidores en Twitter, era querido y admirado por muchos miembros importantes de la comunidad de Social Media, líder del capítulo Greenville del Social Media Club. Sin embargo las frases anteriores muestran que Trey como tal no logró comunicar su dolor y encontrar apoyo.

Sé por experiencia personal que la depresión es una enfermedad muy fuerte y sorpresiva. Un día puedes estar muy alegre y seguro de todo y al siguiente estar en el piso, devastado por alguna razón que pareciera insignificante y tomar las decisiones más equivocadas del mundo.

Yo mismo hace ya más de una década tuve un intento de suicido. Hoy lo escribo y narro porque creo que es importante abrir la comunicación. En esos momentos mi madre falleció, mi desempeño en la universidad fue terrible y mi primer amor se alejaba de mi incapaz de ayudarme en un momento tan difícil. Después de meses de sufrir y de confusión, una noche me encontré meditando las maneras de terminarlo todo con una seguridad tal que aún hoy me da un escalofrío. Al verme en esa situación tan definitiva, a un par de pasos de iniciar ese final decidí súbitamente ir a disculparme con un vecino mío, a quien durante los últimos dos años yo había tratado de manera muy sangrona cuando el trataba de hacer amistad conmigo. Al ir a disculparme y comenzar a hablar con él, poco a poco su apoyo y su perdón hacia mi actitud me hizo tomar el valor para seguir viviendo, confiado de que, donde menos lo espera uno, súbitamente puede encontrar uno grandes cosas, amistades y ganas de vivir.

La depresión no es cosa de una sola vez y te curas, es una enfermedad total, física, que puede quedarse contigo el resto de tu vida. Es una enfermedad que sin aviso puede retomar fuerza y llevarte a las más trágicas conclusiones. Aún hoy yo tengo episodios de tristeza y de sentimientos de derrotismo, de no pertenecer a nada, de ser un cero a la izquierda y demás. No es algo que yo busque, simplemente mi cuerpo y mi mente provocan esos sentimientos y pensamientos en mi, pero con los años y el apoyo de amigos he logrado tener todo bajo control y nunca he vuelto a repetir un episodio tan fuerte como el de aquella noche hace ya tanto tiempo. Pero sé perfectamente que nunca me “curaré” de estas situaciones, es una enfermedad crónica.

Los mensajes de Trey me hacen sentir que él no tuvo tanta suerte, no pudo encontrar en tantos seguidores y amigos lo que necesitaba, no pudo pedir ayuda y, la verdad, es muy difícil que por fuera alguien note que estás entrando en un hoyo tan obscuro. Es algo que depende de uno.

Hoy como homenaje a Trey me atrevo a contar mi historia y lo hago para invitar a todos a reflexionar. Seamos sinceros, la fuerza de la conexión virtual vs la real es muy dificil de igualar y más aún si no estamos dispuestos a fortalecerla y comunicarnos con esas personas. Reflexionemos cuantos amigos virtuales tenemos, cuantas conexiones. De esas a cuantas hemos conocido en el mundo real y de esas con cuantas hemos establecido algún tipo de amistad y aún más, de esas a cuantas buscaríamos con 100% de confianza para pedirle ayuda y contarle que nos sentimos mal? Creo que nos mentimos a nosotros mismos si ese número de personas al final es muy grande ¿verdad?

Escribo hoy para decirle a quien quiera que me lea que no esta solo, que si tiene problemas o siente algo raro en su vida no tenga miedo de hablar, no digo que conmigo  a fuerzas pero seguro ahí afuera está un vecino, una persona dispuesta a oírnos y ayudarnos cuando menos nos lo esperamos. Pero es mejor no esperar a que las cosas estén graves para buscarlo. Es muy divertido social media y las redes sociales pero busquemos también fortalecer nuestras relaciones fuera de este mundo de pantallas.

Hay historias de gente que se ha salvado de sus intentos de suicidio porque los anunciaron en las redes sociales y algunos de sus amigos o conexiones lograron hacer algo por ayudarles. Esforcémonos porque esto pase con más frecuencia. No tengamos miedo a comunicarnos y también no tengamos miedo a preguntar “¿Estás bien?” cuando veamos un twitt o un post alarmante.

Quizá Trey pudo haber sido salvado por alguno de sus miles de followers si no se hubiera quedado callado. A veces, los mensajes entre líneas no bastan para que alguien capte nuestro dolor. No tengas miedo en hablar si estás en una situación así. La depresión es algo muy difícil de afrontar solo.

Aprovecho para agradecer a todos ustedes con quienes sí he tenido la suerte de transformar un tweet en un apretón de manos, en un abrazo y en una sonrisa. Todos aquellos amigos que han surgido de una simple #chelanecesaria o un club. Sin duda grandes cosas profundas pueden surgir en las redes pero estaré listo para avisarles a todos el día que esté algo muy mal en mi y espero pueda contar con su ayuda. Yo ofrezco lo mismo a todos ustedes y espero los que me lean hoy que no me conocen se decidan a hacer algo parecido con sus propios conocidos y amigos.

NO ESTÁS SOLO, NO TENGAS MIEDO A HABLAR, A PEDIR AYUDA Y CONTARLE A ALGUIEN SI TIENES ESTOS MALOS SENTIMIENTOS. Una platicadita puede cambiar muchas cosas.